[BaektTao] Frozen




Titulo: Frozen.
Rated: +16.
Genero:  AU, Angust.
Grupo: EXO.
Pairing: BaekTao.
Nota de la autora: Se me ha ocurrido mientras en clase de Antropología veía una película llamada El Decálogo, parte 1. Ciertamente no es lo mejor del mundo pero… no se, me ha inspirado.


Lo había perdido de vista un solo segundo. Segundo en el que escuche como mi corazón encogía tan fuertemente que me dolió de manera sobre natural. El hielo. El hielo había crujido bajo sus pies y se lo había llevado. La sonrisa de su Hyung había desaparecido para congelarse.

Corrió. Corrió todo lo rápido que pudo hasta el centro del lago. Resbalo. Patino. Cayo. Pero daba igual. Tao volvía a levantarse y volvía a correr otra vez. Había dejado de sentir frio. Había dejado de sentir su propia respiración. Ni se había dado cuenta de sus lágrimas porque lo único que veía era el gran agujero que había en medio. El agujero que se lo había llevado.

Al llegar se tiro sobre el suelo, y resbalo hasta que quedo al lado del boquete. Intento ver algo a través del frío agua pero todo estaba oscuro. Su corazón volvió a encogerse nuevamente, desesperado por encontrarlo. Las cálidas lágrimas que caían sobre sus mejillas se fueron enfriando con el frio viento.

Marchitas.

No veía nada y cada vez se ponía más nervioso.

Escucho unos sordos golpes debajo del hielo y se dirigió hacia ese lado. Quito la pequeña capa de nieve que había. Baekhyun se encontraba debajo del hielo. Su cara estaba completamente pálida y comenzaba a adquirir un tono azulado, sus labios se habían vuelto de un morado desorbitado y casi no se podía mover de lo entumecido que tenía el cuerpo.

Tao pudo ver una pequeña chispa de esperanza en el lago. Golpeo el hielo. Lo golpeo una y otra vez mientras le gritaba que no se rindiera. Iba a sacarle. No sabía si era capaz de escucharle o no, pero siguió golpeando. Sus manos debajo de los guantes estaban completamente rojas, lo notaba. La piel de sus nudillos se había partido y sentía como la sangre inundaba por dentro. Desesperado, sin saber qué hacer, termino por golpear con el talón de las botas.

No era capaz de sucumbir al cansancio. No mientras Baekhyun le necesitase. Por fin pudo cuartear el hielo. Golpeo por última vez para poder hacer la apertura aun mas grande y metió los brazos sin pensar en nada para agarrar el frío cuerpo de su Hyung.

Cuando lo pudo sacar del agua el cuerpo del castaño no se movía. Su piel había descolorado tanto que si lo comparaba con su piel natural podría llamarle moreno o negro. Sus ojos cerrados parecían indicar que se había rendido ante lo inminente.

Acerco su oreja todo lo que pudo al pecho del mayor, intentando encontrar el menor signo de pulso.

Pum… Pum… Pum…

Débil, pero aun vivía. Inconscientemente sus labios se curvaron en una tímida sonrisa. Lo agarro en brazos y echo a correr hacia el bosque, hacia el otro lado donde se encontraban todos los demás, donde estaban los monitores y la cabaña en la cual podrían atenderle.

Sus pisadas eran fuertes y firmes. Dejando una gran marca, un camino, detrás de él. Volvió a gritar. Ayuda. Necesitaba que alguien le ayudase. Necesitaba que alguien le dijese que todo iba a ir bien. Esta vez sí que noto como sus ojos se llenaban de lágrimas. Una tras otra, haciéndole ver borroso, sin ninguna nitidez. Pero daba igual, el encontraría a los demás.

-Ta…tao… -si no fuese porque vio como la boca del mayor se abría hubiera pensado que habían sido imaginaciones suyas pues el hilo de voz había sido antinatural.

Sus ojos pudieron divisar dos siluetas negras, humanas. Volvió a gritar más fuerte, la voz se le rompía de lo que la acababa de forzar. Pero le escucharon. Los vio correr hasta él, y no supo quienes eran pero cansado y derrotado dejo que se lo llevaran. Dejo que se lo arrancaran de sus propias manos. Dejando de sentir el frío cuerpo de su novio que hasta aquel día siempre había sido cálido.


Recordó. Recordó todos los buenos momentos que habían pasado juntos. A la mente le vinieron miles de escenas de los dos riendo, besándose o tan solo acariciándose de manera tranquila antes de caer dormidos. Su inconsciente le pego una mala pasada y no dejo de reproducir su cantarina risa una y otra vez. Sus palabras de amor quedaron grabadas en su mente como si acabasen de esculpírselo con fuego.


No noto como caía sobre la nieve, su cuerpo se había paralizado. Tampoco los brazos de uno de sus amigos ayudándolo a levantarse y llevarlo a un lugar más tranquilo.

Jamás les habían admitido a nadie que estaban saliendo, que se amaban como ninguno iba a amar en su vida. Sabía que ellos lo debían de intuir. Los roces de piel, todo el tiempo que pasaban juntos sin los demás no era propio de dos amigos, no de simples amigos. Todos sabían que ellos no eran mejores amigos aunque a los ojos de muchos que no les conocían podía parecerlo.


-El año que viene empiezas la universidad Hyung –saco el tema mientras ambos estaban la habitación del pequeño.

-Ajá –respondió el sin hacer mucho caso a la frase mientras miraba una revista por encima apoyado en el regazo de su novio.

-Vamos a estar un año sin ir al mismo instituto –insistió.

-¿Te preocupa? –dejo de indagar en la revista al ver que el moreno tenia cosas más importantes de las que hablar. Tao asintió con el gesto serio-. No te preocupes. No habrá mucha diferencia de lo que es ahora –se volteo para mirarle-. A penas nos veíamos cuando íbamos al mismo e iré todos los días a buscarte –sonrió ampliamente antes de posarse sobre sus rodillas-. Todavía necesito que me des clases de chino.

Le dio un suave beso antes de reír cantarinamente.


Murió. Tao murió por dentro cuando le dieron la noticia. Había sido demasiado tarde y la temperatura de su cuerpo había bajado demasiado como para poder hacer algo. No solo eso, se había ahogado, pues una gran cantidad de agua helada logro entrar hasta los pulmones, provocando que la hipotermia actuase aun más rápido. Los médicos prometieron que no había sufrido. Tenía el cuerpo tan entumecido que no pudo sentir nada.

Pero por mucho que se lo repitieran Tao sabía que no era así. Daba igual quien se lo dijera, quien se lo asegurase.

¿Cómo no iba a sufrir si los últimos minutos de su vida habían sido una agonía entre la vida y la muerte? 

¿Cómo no iba a serlo si cuando lo saco del agua congelada aun estaba vivo? Se había amarrado a él con fuerza, sus entumecidas manos no querían separarse de él.

Decir que no había sufrido era como decir que volvería a ser feliz.

2 comentarios:

  1. Esta historia es tan... bonita.
    Hace tiempo me recomendaron que te leyera, pero no solo Luminescent. O sea qué aquí estoy leyendo tus oneshots primero y he de decir que aunque el final sea muy triste la historia y el concepto es hermoso.
    Gracias por compartirlo <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bonita y triste la verdad... DD:
      Aish, ¿aun hay gente que me recomienda? *-* Que majis hihihihi Me alegro de que lo hiciesen, tus comentarios me han animado mucho <3
      Me alegra mucho saber que te haya gustado, rlly.
      A ti por comentarmelo bonita <3

      Eliminar