[KrysBer] Caput


Titulo: Caput.
Rated: +18.
Genero: AU.
Grupo: f(x).
Pairing: KrysBer
Nota de la autora: ¡El fic es fuerte! Contiene contenido sobre tortura, violación y muerte de un personaje. Agradecería que si no os gustan ese tipo de cosas no lo leáis ¿si?



La felicidad y el placer están sobrevalorados. Cuando crees que tu vida es perfecta, que  nada puede ir mal, que tienes el control de todo… se derrumba. Se derrumba como si fuese un castillo de naipes. Un simple soplido, una simple sacudida, lo barre todo.


Maldito el día en el que los Liu habían decidido concebir a una hija. O eso pensaba ella, mientras intentaba esconder su escurrido cuerpo entre unos cuantos tablones, esperando a que precisamente ella no la encontrase.

Su cuerpo se estremecía cada vez que escuchaba su voz, le temía como no había temido a nadie. ¿Cómo no iba a hacerlo después de meses de tortura? Cada día se las ingeniaba para que fuese de una manera diferente, y Yiyun, aunque más conocida como Amber en el campo de concentración, cada día se escondía como podía entre en un lugar diferente, pero ella siempre la encontraba.

Había vivido feliz durante años hasta hacia unos meses cuando Corea del Norte tomo la parte sur del país. Un ataque sorpresa había desestabilizado el país entero que ahora se encontraba bajo un régimen comunista que despreciaba a las personas de su condición. ¿Cuál era su pecado? Ser china, tener padres chinos para ser más exactos. ¿No se suponía que China y Corea tenían una buena relación? Eso había supuesto hasta que un día unos policías comunistas se metieron por la fuerza en su pequeño piso de estudiante y se la llevaron a rastras a lo que se iba a convertir en su peor pesadilla.

La chica que atormentaba su vida era dos años menor que ella, pero la crueldad que inundaba su ser era incontrolable y sádica. Día tras día la hacía llamar a su habitación y allí la torturaba de la manera más repulsiva y dulce que pudiera conocer.

El pijama azul cielo le cubría el cuerpo entero llamando demasiado la atención de Soojeong que con un gesto le indicaba que saliera de su escondijo. Por culpa del pánico Amber no pudo evitar quedarse durante unos segundos rígida, sin poder mover un solo dedo. Su cuerpo temblaba de una manera descontrolada, lo cual hacia que Soojeong sonriera satisfecha al ver la reacción que causaba en ella. Al ver que la mayor era incapaz de moverse en ningún sentido estiro de su brazo, sacándola de entre las maderas y llevándola directamente hasta su habitación, como ya era costumbre.

Con una sonrisa malévola y con la ayuda de unas puntiagudas tijeras destrozo en pequeñas tiras el pijama azul de la mayor. Rozo con estas la maltratada pero suave piel haciendo que el frio que estas desprendían le pusiera la carne de gallina. Casi se había olvidado de respirar durante aquel primario acto. La menor la agarro por las muñecas, atándole con las tiras que había hecho con el pijama y unas esposas a una de las patas de la cama.

Siempre había sido así de desvergonzada. Si quería algo iba a por ello y en aquel lugar no era difícil ya que era de las pocas personas con autoridad. Aunque bueno, cualquier persona tenía más autoridad que Yiyun.

La totalidad de su piel quedo al descubierto en cuanto la menor termino. La miraba con un deseo insano, un deseo envidioso. ¿Qué debía de envidiar alguien tan grande como ella de una pobre muchacha que no podía hacer nada en su vida? Definitivamente Jung Soojeong estaba loca. Sin perder un solo segundo la empujo sobre su cama. Las ásperas sabanas arañaron su cuerpo. Amber que siempre había pensado que las camas y sabanas de los directivos tenían que ser cálidas y cómodas se llevaba una gran impresión al notar que eran como las suyas, si no fuese por el blando colchón que había debajo.

La menor no tardo en posarse sobre ella aun con las tijeras en la mano. Acariciaba tanto con su mano libre como con las tijeras el cuerpo de la mayor mientras canturreaba una canción de cuna. En condiciones normal Amber se hubiese relajado al escuchar aquella melodía, ya que la voz de la morena no era fea, pero el pánico le invadía por todas partes y no podía pensar en otra cosa que no fuese el terror que estaba pasando.

Cada día era algo diferente, ¿qué tocaría aquel día?

No quería saberlo.

Todos los días se mortificaba por haber despertado otra vez. Deseaba morir para no tener que soportar las atrocidades del día a día. En el campo de concentración mataban a la gente de hambre, les hacían dormir en lugares limitados todos juntos, de vez en cuando la gente desaparecía y no la volvían a ver. Muertos. Todo el mundo los daba por ello.

Estaban en pleno siglo veintiuno y aun seguía habiendo gente tan degenerada.

-Eres un pequeño animalillo –murmuro Soojeong con una voz tan débil que pareció aun más loca de lo que estaba-. Eres un despojo de la humanidad sin sueños y sin dignidad. Alguien que no vale la pena porque te dejas llevar por lo que pasa alrededor. ¿Tan poco te importa lo que te pueda pasar? ¿Lo que te pueda hacer? –paso su larga lengua por su cuello, lamiendo su extensión de arriba abajo-. Mereces ser humillada. Mereces morir.

Abrió las tijeras y con una de las cuchillas comenzó a rajar la parte superior del brazo. Un hilo de sangre recorrió desde su hombro hasta el medio brazo. Amber procuro no hacer ningún ruido.

-La gente como tú me da asco. ¿No vas a pedir ayuda? –sus ojos se hicieron grandes mientras le miraba y levantaba el cuerpo. Su largo y negro pelo les hizo de cortina entre las dos.

-Si lo hago me harás aun más daño –se quejo ella con los ojos cerrados con fuerza.

-No, no –negó ella con la cabeza golpeando con su pelo los dos lados de la cabeza de la mayor sin hacerle daño-. Hoy no. Hoy es un día especial. Quiero que grites de dolor –su voz sonaba irreal, como si fuese de otro mundo y no estuviese justo encima de ella.

-Estas enferma… -se lo había repetido una y otra vez. Todos los días. Soojeong le miraba con completa indiferencia cuando lo hacía y luego la volvía a golpear.

-Lo estoy. Ten cuidado o… -paso la cuchilla de la tijera por la parte superior de su pecho derecho, arañando nada más-. Puedo hacer que lentamente te consumas. Hay muy buenos médicos y cirujanos con ganas de experimentar aquí ¿sabes? –la mayor cerró los ojos, dolorida, al notar como la afilada punta de la tijera se hincaba en su piel-. Si sigues viva y entera es gracias a mí.

¿Ahora debía agradecerle a ella por su vida?

-Yo… -se mordió el labio para no gritar del dolor pues Soojeong había clavado la tijera en la parte inferior de su pecho derecho-. Yo… no te de-bo nada –musito como pudo, de manera lenta dando a mostrar que aun tenia orgullo.

-Esa no es la respuesta que yo quería escuchar –frunció el ceño, clavando con más fuerza la tijera, atravesando la piel e hincándose en la carne. Con un poco más de fuerza la hizo adentrarse mientras las lágrimas de dolor salían de los ojos de Amber. Cerró los ojos para que no saliesen más. No quería ser débil delante de ella.

Soojeong se levanto sin ningún cuidado, golpeando sus piernas con sus rodillas. Se dio la vuelta y busco entre sus pertenencias. No demoro mucho en encontrar un látigo con varios extremos. Se dio la vuelta mostrando su diabólica sonrisa y se acerco hasta la cama. Golpeo una y otra vez el cuerpo de la mayor sin importarle todos los gritos de desgarrador dolor que sentía.




Despertó en una pequeña habitación. Unos cuantos niños la miraban con curiosidad mientras que las madres des estos la miraban preocupadas. Quiso levantarse pero le dolía todo de sobremanera. Aunque justo el dolor que sentía en el pecho era el más insoportable de todos. Se llevo las manos hacia ese lugar, y palpo. Pudo sentir unos vendajes ásperos, lo cual le hizo pensar que Soojeong le había golpeado tantas veces y tan fuerte que además de desmayarse le había hecho grandes heridas. Si no a uno no le sanaban, no siendo un preso.

Levanto la cabeza y se mareo. Se mareo al ver como de las vendas emanaban pequeños hilos de sangre que se iban acumulando a sus dos lados. No era curiosidad y preocupación lo que esas señoras tenían en la cara, si no miedo.

Una ventana se abrió en el techo, dejando que la luz iluminara aquel lúgubre lugar. La gente empezó a gritar y a moverse de manera nerviosa. Amber pudo escuchar unas carcajadas provenientes desde fuera, todas masculinas.

Entre esas escalofriantes risas, soltaron unos cuantos polvos sobre todos, rociándolos antes de tapar otra vez la pequeña sala. Cerró los ojos y se dejo caer, intentando hacer el mínimo esfuerzo, para no tener que respirar aquel aire que acababan de envenenar. Aquel aire que poco a poco se fue cobrando la vida de niños y mujeres inocentes. Jóvenes como ella que no habían hecho nada y que tenían toda una vida por delante que recorrer y disfrutar. Vidas que les habían sido arrebatadas por gente egoísta que se pensaba tener más autoridad y razón que el resto del mundo. Gente déspota, enferma, loca, psicópatas, mala y… torturadora.

¿Acaso no merecía vivir? ¿No merecía pasar los buenos años que le quedaban con sus amigos y poder hacer su propia vida?

Sí, sí que lo merecía. Aunque gente como Jung Soojeong jamás lo fuese a entender, porque al fin y al cabo…



“Eres un despojo de la humanidad sin sueños y sin dignidad. Alguien que no vale la pena porque te dejas llevar por lo que pasa alrededor. ¿Tan poco te importa lo que te pueda pasar? ¿Lo que te pueda hacer? Mereces ser humillada. Mereces morir.”

4 comentarios:

  1. WOW Me ha gustado mucho unnie ^-^

    ResponderEliminar
  2. O___________O

    Yo en serio esperaba encontrar un fic cute de ellas pero me equivoqué .-.
    Está muy bien escrito :3

    En lo personal me ha gustado mucho (..)/

    Aunque no es exactamente KrisBer es más un Amber centric me he divertido mucho leyendolo.

    Suerte.

    YuleSaku.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo pendiente en mi cabeza hacer uno bonito de ellas la verdad, o sea que si algún día lo escribo espero que lo leas :B

      fadfa Me alegro entonces *-* La verdad es que directamente fue un fic un poco extraño, yo me quede con esa sensación al menos cuando lo escribí kkk.

      Graicas y lo mismo para ti *3*

      Eliminar